La inmensa mayoría de dueños de esta raza no saben cómo mantener desenredado un pelo tan rizado y tupido. En casos como este, no queda otra que encontrar un hueco por donde meter la máquina y empezar a despejar, muy atentos a pliegues y articulaciones para evitar provocar heridas (a veces cuesta distinguir donde termina el pelo y empieza la piel). En este ocasión, el antes y el después se resumen en el durante.