
22 Mar Paseos bajo la lluvia
A pesar de la llegada de la primavera, la lluvia parece que se resiste a dejarnos ver el solecito y nuestra rutina de paseos se puede ver afectada. Normalmente los humanos solemos evitar salir a pasear cuando el clima no acompaña, pero cuando tenemos un amigo peludo en casa es importante que esa rutina no se altere, sobre todo si el perro está habituado a hacer sus necesidades fuera de casa.
También depende de la personalidad del animal que disfrute o no del paseo en estos casos. Hay perros que se lo pasan bomba con el agua, se emocionan, y no dudan en chapotear en cualquier charco (y si tiene barro o tierra ¡mejor!). Y hay otros que la rehúyen todo lo que pueden. Son esos que dirigen el paseo por debajo de toooodas las cornisas que encuentran, evitando que les caiga una sola gota, y provocando que seas tú el que llegue a casa empapado si no te has protegido lo suficiente (¿te suena de algo?). Tanto en un caso como en el otro, debemos cumplir con nuestros paseos diarios.
Para hacerlo más sencillo, igual que nosotros nos protegemos de la lluvia, tenemos que procurar que nuestros amigos también estén protegidos. Podemos elegir zonas más resguardadas de la lluvia (en caso de salir a un parque, buscar una arboleda o, si es en ciudad, zonas techadas). También podemos buscar zonas sin tierra o barro, para evitar que el perro se ensucie más de la cuenta (y más si el tuyo es de los que disfrutan).
El uso de un chubasquero o abrigo impermeables evitará que se moje demasiado, y hará más fácil el secado al llegar a casa. En caso de que lo usemos, tenemos que procurar cepillar el pelo a conciencia (sobre todo con amigos de pelo largo), pues con el movimiento el roce con la prenda puede hacer que aparezcan nudos mucho más rápido de lo habitual. Esto también nos ayudará a que el secado sea más rápido. Por último, prestemos atención al secado de las patas, sobre todo en las almohadillas, pues son zonas donde se acumula mayor humedad.
Si tu amigo es de los que se asusta de la lluvia lo mejor es permanecer tranquilos durante el paseo y, al llegar a casa, premiar que haya salido con un buen premio. Si hacemos esto con constancia, poco a poco irá perdiendo el miedo a salir a pasear con lluvia. Al llegar a casa es MUY importante secarlo bien para evitar que coja frío y que desarrolle ese olor a perro húmedo que tanto nos molesta a los humanos.
Con un poco de paciencia y cariño podemos disfrutar juntos de estos paseos bajo la lluvia. Como dijo alguien muy sabio: “no hay que esperar a que pase la tormenta, hay que aprender a caminar bajo la lluvia“.
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